lunes, 22 de mayo de 2017

Formalismo

Formalismo

El formalismo consiste en aplicar con rigurosidad y sin desviarse de sus preceptos, una determinada doctrina o metodología en el desarrollo de un proceso investigativo o de enseñanza. El termino de todas maneras, tiene varios significados según el ámbito.

"Actúa de tal manera que la máxima de tu acción pueda convertirse en una ley universal"

Immanuel Kant propone 3 características principales:

  1. Una norma es legítima si en ella esta presenta la formalidad; es decir la legalidad.
  2. La norma tiene como base una experiencia moral.
  3. Las acciones buenas son las que han sido hechas por el deber.

“TODAS LAS ACCIONES SON REALIZADOS POR LOS MEDIOS BUENOS SIN QUE SE  UTILIZE A OTRAS PERSONAS PARA PODER LLEGAR A UN FIN O QUEBRANTAR SU RESPETO O DIGNIDAD”
     Para Kant la esencia del imperativo categórico radica en su naturaleza de ley estrictamente formal; en esto consiste el formalismo kantiano, en que la ley moral recibe su valor por el hecho de tener forma de ley, por el hecho de su universalidad, y no por aquello que ordena, es decir, por su materia. 
Es más, una ley moral material para Kant es una contradicción, ya que por ser material dejaría de ser universal y, en consecuencia, ley. 

Una persona actuará moralmente cuando se comporte del siguiente modo:
  1.  siguiendo su deber, sin dejarse guiar por los sentimientos
  2.  siguiendo una ley o imperativo que él mismo se haya dado por medio de la razón
  3.  siguiendo una ley que pueda aplicarse de forma universal: cualquier persona en las misma 
     El gran respeto por la libertad y la dignidad de cada persona en Kant, resulta, sin embargo una dificultad respecto de las consecuencias en la evaluación moral de una persona, puesto que si no tomamos en cuenta los efectos de las acciones y sólo nos guiamos por calificar la voluntad, siempre queda la sospecha de si el sujeto actuó “conforme al deber”, es decir moralmente o no. Parece que cada persona es la única que puede determinar su moralidad y nuestros juicios éticos sobre las personas carecerían de cualquier valor:

     De seguir absolutamente la propuesta kantiana, toda persona podría decir que siempre persiguió una máxima ética buena pero que “los enconos del azar” no le permitieron concluir esa buena acción. La filosofía kantiana de la actualidad tiene inconcluso este problema de subjetividad a pesar de los intentos universalistas. Las intenciones son internas y de difícil acceso para personas ajenas al individuo que actúa y siempre queda la sospecha de si una persona es virtuosa o no.

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